El piloto polaco sufre un grave accidente en un rally italiano y, con múltiples fracturas, se perderá la temporada de Fórmula 1
La suerte que le había acompañado en otras ocasiones en cuanto a accidentes se refiere, ayer le dio las espalda. Robert Kubica resultó gravemente herido con múltiples fracturas en las extremidades de la zona derecha de su cuerpo cuando disputaba el rally Ronde di Andora, cerca de Génova, al volante de un Skoda Fabia S2000 del equipo DP Motorsport.
El automóvil conducido por el piloto polaco se salió de la carretera cuando iba «a toda velocidad», según anunció su escudería, y chocó por la parte izquierda contra el muro de una pequeña iglesia, tras 4,6 kilómetros de competición. Su copiloto, Jacub Gerber, resultó ileso y pudo salir por su propio pie. Kubica, sin embargo, quedó atrapado en el interior y tuvo que ser rescatado por los bomberos. Un quitamiedos entró por la parte izquierda del vehículo y el rescate del piloto de la escudería Lotus Renault resultó complicado. A pesar de los numerosos comentarios que salieron a la luz a lo largo de la jornada, la vida del piloto en ningún momento corrió peligro. Perdió el conocimiento cuando fue sacado del coche y fue trasladado de urgencia en helicóptero al hospital Santa Corona de Pietra Ligure con numerosos traumatismos y fracturas, en su mano y brazo derechos, y en ambas piernas.
Al parecer, el accidente fue provocado por la raíz de un árbol y el asfalto resbaladizo, mientras Kubica disputaba una de las últimas especiales de la prueba transalpina. El Skoda perdió adherencia en una curva e hizo un trompo antes de chocar contra la barrera de seguridad por el lado izquierdo. Kubica pilotaba en Italia un coche más potente que el Renault Clio R3 que condujo el año pasado en los rallies de Montecarlo y Var (Francia).
Poco después de sufrir el siniestro, algunas fuentes apuntaron a que «el pronóstico del piloto era reservado», pero minutos después un portavoz de la escudería Lotus Renault lanzó un mensaje tranquilizar al anunciar que se encontraba «consciente y fuera de peligro». Sin embargo, la mayor preocupación se centraba en conocer el estado exacto de su mano. Ya por la tarde, su agente, Daniele Morelli, descartó la amputación, pero reconoció que los médicos estaban preocupados por la funcionalidad de la extremidad. «Han revascularizado el miembro y han reparado el hueso. Ahora tienen que pensar en la función muscular, pero Robert tiene un carácter muy fuerte y se recuperará», dijo.
Un año de baja
El polaco fue intervenido en el hospital Corona de Pietra Ligure desde primeras horas de la tarde hasta las 20.00 horas. Después, recibió la visita de su amigo Fernando Alonso. Los médicos calculan que el piloto, que deberá permanecer cinco días en la unidad de cuidados intensivos, necesitará cerca de un año para recuperar la plena funcionalidad de la mano. Es decir, se pierde la temporada, por lo que Lotus Renault ya ha anunciado que su volante será para Bruno Senna.
El piloto ya sufrió en 2007, durante la celebración del Gran Premio de Canadá, un espectacular accidente al chocar con el coche del italiano Jarno Trulli cuando iba a más de 250 kilómetros por hora. Su monoplaza -entonces corría para BMW Sauber- salió despedido hacia el muro, rebotó y cruzó la pista dando una vuelta de campana hacia el muro del otro lado de la pista. Sólo sufrió una conmoción cerebral y un esguince.
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